jueves, 17 de septiembre de 2009

17-09




Delante de los fuertes, no dejaré nunca de decir la verdad
No me ganaré el aplauso de los débiles, con mentiras
No perderé la felicidad buscando la fortuna
No olvidaré la humildad, aunque tenga fuerza
Pero no por ser humilde, perderé la dignidad.
Intentaré ver siempre, el otro lado de la medalla.
Si los demás no piensan como yo, no los calificaré de traidores.
Aprenderé a querer a la gente como a mí mismo y a juzgarme como a los demás.
Si fracaso no caeré en la desesperación, y si triunfo no cederé ante el orgullo.
Más bien consideraré que el fracaso, es la experiencia que precede al triunfo.
Aprenderé a perdonar, pues es lo más grande del fuerte y consideraré a la venganza como la señal primitiva del débil.
Mantendré la esperanza, aunque pierda la fortuna.
Tendré valor para disculparme ante la gente, si es que yo fallará.
Perdonaré, si la gente fallará conmigo.

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