Hace
mucho que este blog no salia al aire,tomó un descanso sabático, y ha descansado bien ,pero debo de regresar al frenesí de la
escritura,me encantó esta cadena enviada por correo,es gran parte nuestra
verdad.
Esos son los locos que enseñan. Yo los conozco. Los he
visto muchas veces. Son raros. Algunos salen temprano por la mañana para estar
en la escuela una hora antes, otros salen una hora más tarde porque
tienen miles de cosas que ordenar, revisar, limpiar, decorar y adornar en su
salón...o porque algún niño se quedó esperando que vinieran por él, o porque se
entrevista con padres de familia, etc, etc.
Otros recorren todos los días varios de Km de ida....y
otros tantos de vuelta. ¡Están locos!¿Quieren una prueba contundente de su
locura? ¡¿Cómo es posible que muchos docentes se preocupen más por algunos
niños que no son hijos de su sangre que los PROPIOS PADRES?!Sólo por no
mencionar que muchas veces los maestros dejan en segundo plano a sus hijos por
compromisos de trabajo.
En verano no les dan vacaciones, sólo un receso escolar, pero no se desconectan
del todo. Piensan en sus clases, preparan tareas, ejercicios y toman cursos de
actualización.
En invierno hablan mucho, siempre llevan caramelos de miel y limón en los
bolsillos, otros van con una botella de agua a su lado o con sus pastillas, su
garganta siempre está dolorida, pero siguen enseñando. A veces fuerzan su voz,
pero siguen transmitiendo sus conocimientos con cariño e ilusión.
Yo los he visto, no están bien de la cabeza. Salen de excursión con sus alumnos
y se encargan de gestionar autorizaciones, recogida de dinero y responsabilidad
extra.
Qué será de ellos y ellas. Por la noche sueñan con el colegio, se les aparecen
planetas, ecosistemas y personajes históricos. Esto es si no se quedan
levantados hasta la madrugada calificando, haciendo listas o material. Están
mal; sacrifican sus sábados para hacer cursos de formación y no les importa
perder tiempo de descanso o tiempo con su familia para renovarse.
Dicen que son auto críticos y que hacen balance de sus experiencias educativas,
que se frustran cuando no salen las cosas como esperaban,
que se alegran cuando sus alumnos avanzan. Y a pesar que tengan décadas de
servicio, siempre encuentran nuevas formas de hacer las cosas. Se asombran
cuando comparan un ciclo escolar con otro y toman nota de lo bueno y lo malo,
para el siguiente.
Como buenos TODÓLOGOS, hacen de todo, desde atar zapatos, hasta libros de actas
y de contabilidad de la Cooperativa Escolar o limpiar una herida y poner un curita.
Ya ni hablar de los festivales, organizar una kermés, campañas de salud, o el
despliegue de creatividad en sus periódicos murales y manualidades.
Están mal de la cabeza, yo los he visto. Son capaces de no tomar una Licencia
Médica o uno de sus días económicos, sólo porque no hay quien atienda su grupo.
Dicen sólo que son DOCENTES y que se sienten MUY ORGULLOSOS DE SERLO. Que si
volvieran a nacer, volverían a ser maestros.