viernes, 31 de enero de 2014

Todas queremos un Alberth

Romina,el tuyo no,el de Candy.

Recuerdo la escena posterior a la muerte de Anthony (aquel utópico muchacho que cada día es más difícil ubicar en la vida real.....despierta... así no existen) y por ello,entendemos que su repentinamente muerte  causo daño en nuestro romántico corazón.

La dulce muchacha de la colina regresaba a su hogar con el corazón roto y vació ,y corre a la única imagen paternal que posee,el viejo árbol, y allí cuando este no puede calmar sus sollozos,aparece él,con su larga cabellera rubia ,y la abraza.

Es que así somos,cuando ya no tenemos argumentos a nuestro favor,cuando la impotencia nos asfixia,cuando la soledad nos invade,necesitamos de aquel abrazo que nos aliente ,y ninguna cosa producirá aquel efecto.

Y para cada caso,una persona es adecuada.A veces cierro mis ojos y mi Alberth llega,aquel que limpiara mis lágrimas cuando le cuente que Terry me dejo por Susana,y Alberth escuchará ,nunca se ha cansará de hacerlo.

Al final todas queremos un Alberth,Anthony es dulce,tierno,lindo,un romántico empedernido que a la larga nos generará intoxicación azucarada y Terry;él sabe que con una sonrisa suya,hasta Angelina se separaría de Brad por él,con uno así andaríamos taquicardicas.

Así que no queremos uno  muy muy ni uno tan tan,sólo queremos que nos escuchen nuestra verborrea hormonal ,y allí aparece Alberth,eso si,  que no use falda ni toque gaita.Nosotras eternas soñadoras...esperamos que llegue a la colina.

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Eh! Sapo verde ...por si acaso se acerca San Valentín....si te atreves a conocerme vas a tener que convencerme ...acepto un frappuccino para conversar.
                                                                                      
                                                                                      Atte ...Tu querida princesa