lunes, 16 de noviembre de 2009

El muro invisible




Hace unos pocos días se “celebró”, considerando que la palabra celebración es para celebrar momentos agradables ,un año más de la caída del muro de Berlín ,aquel muro que dividió a Alemania durante la guerra fría, un muro material que pudo ser derribado.


Aunque hoy día hay más muros que tumbar y cuestan un poco más porque no son físicos y se encuentran dentro de las personas, cada persona en su interior pone un ladrillo y poco a poco ese muro se vuelve grande e impenetrable.

Es nuestra poca sinceridad y nuestra falta de apertura las que crean este muro interno, y cada vez que no nos mostramos tal y como somos aumentamos aquel muro y ponemos concreto y lo hacemos más fuerte. Recuerdo mucho un cuento corto: Un rabino tenía un hijo, al fallecer este, su hijo asumió el cargo. Las personas de su localidad no estaban muy conformes con el porque no hacia las cosas iguales a su padre, el joven les dijo: claro que trabajo igual que mi padre, el no imitaba a nadie y yo tampoco.


A veces somos copia de otra persona, no la usamos como modelo, mas bien se convierte en nuestro disfraz y el muro se sigue construyendo en nosotros por que esperamos que nos estiren la mano y nosotros no queremos dar el primer paso para crecer, todo pasa y cambia, seamos consientes y dejemos de esperar que el resto me acepte ,también hay cosas que debo de cambiar en mí ,no solo que me hacen daño, sino que también hacen daño a las otras personas, y romper corazones no tiene nada de humano, ni de bueno.

Saludos a todo el mundo que pertenece al universo de la Filosofía de la Taza de Café.

P.D: La princesa y el sapo verde (más imagenes de esta colección en la página de facebook)

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